jueves, 26 de diciembre de 2013

DOBLE CRESTERÍA DEL ENCINETAS - 26.12.2013



Bueno, pues no eran las 10:15 horas, cuando mochilas a la espalda, el Antonio y el que les escribe, salíamos del Puerto de los Realejos, en la Sierra de las Trincheruelas, justo al sur de la Sierra de las Nieves (Málaga), en dirección al pico Encinetas (1473 m), éste en la Sierra Palmitera. Bien y después de la lección de geografía, aunque decir también que los topónimos siempre hay que ponerlos algo en duda, ya que según qué mapa consultes, te escriben un nombre u otro… pues teníamos delante nuestra una reptiliana cordada, la mar de mona y que iba a ser pateada respetuosamente, como siempre, por esta facción del grupeto extremo de Falsos Llanos. Mañana ventosa y fría que nos haría cubrirnos con todo lo que llevábamos de cabeza a los pies. La dorsalita en cuestión, se dirige casi recta en dirección sur, donde casi se adentra en el mar Mediterráneo, a la altura de San Pedro de Alcántara, aunque frenada por los numerosos campos de golf de la zona.
Sensaciones estupendas en las piernas conforme nos íbamos adentrando en la crestería, comentar lo curioso de la formación de rocas del lugar, pues mientras la Sierra de las Nieves es de formación caliza, ésta que está pegada a ella, es de formación totalmente distinta, aún andamos en busca de un geólogo que nos informe sobre los procesos orogénicos de la zona, pero rocas parecidas a las areniscas y otras de color verde muy oscuro y casi cristalizadas cuando se rompen, es lo que nos tocaba pisar, saltar, marinear y otra vez pisar, saltar y trepar… Bueno, eso es lo que nos gusta, a eso íbamos, primero colonizamos el Cerro de las Trincheruelas, tras pasar por los Puertos del Laurín y de las Aguzaderas y llegar en dos horas y media a nuestro Encinetas, henchidos de felicidad y placer. Comentar también que Antonio ya había hecho esta cordada hace algunos años y que tuvo la amabilidad de repetirla hoy conmigo que no la conocía y precisamente un día que no iba nada fino físicamente, después de haber pasado un constipado de esos de penicilina, así que estaba el pobre un poco bajo de forma, pero como no decía nada, pues que ahí delante hay otro piquito y poyaque estamos aquí y es buena hora, po otro tironcito y aunque la zona, con abundante vegetación espinosa y de difícil tránsito por el roquedo y desniveles, nos hizo pensar que no las teníamos todas con nosotros, sin embargo fue también superada y he aquí que nos encontramos en un balcón natural sin igual, (Alto Castillejo de los Negros 1372 m) encima de numerosos y verdes campos de golf, el mar casi a nuestros pies, hacia el este la Concha, majestuosa, que fue superada el pasado año por estas mismas fechas, hacia el oeste Sierra Bermeja, Gibraltar y África disimulada entre nubes y al Norte nuestra cordada y la serranía de Ronda toaentera…

Bueno, bueno, pues fotos a mogollón y patrás que teníamos que comer de vuelta al Encinetas y nuestro Antonio comenzaba a quejarse de su estado físico. Así que de vuelta, en la base del pico, almorzamos adecuadamente, hasta ese momento tan solo habíamos tomado algo de fruta, incluso yo, que nunca porto con ese precioso manjar, y comenzar la vuelta muy laboriosa por la complejidad de la cresta, el cansancio acumulado y el darnos cuenta que esta cordada es no dura, sino durísima, ya que si normalmente, después de realizar una crestería, volvemos siempre por un camino alternativo y cómodo, ésta no permite la vuelta nada más que por ella misma, así que lo que iban a ser algo más de siete kilómetros de cordada, se convirtieron en más de quince kilómetros de trabajosa cordada, por lo que de momento hemos terminado jartísimos de tanta y tanta cordada, crestería o cordillera, como normalmente llamamos a estas barbaridades que tanto nos gustan.
Llegar al coche algo fatigados, pero en un tiempo récord, unas ocho horas en la ida y vuelta, bajo unas nubes nada amables por su aspecto y de vuelta parar en nuestro bareto de Montellano a recuperar y acordarnos de nuestros compañeros Patxi, Miguel y Maxi, que andan perdidos por ahí en estos días de tanta y tanta fiesta y tanta y tanta comida y bebida.
Agradecer en extremo a mi compañero Antonio por el sacrificio realizado, estando bajo de forma y haberme llevado sin embargo sin quejarse demasiado…

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.



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