sábado, 4 de febrero de 2012

CRESTERÍA PICO BERMEJO (1474 m) - 04.02.2012




De nuevo la sección extrema de Falsos Llanos, no eran las 9:00 horas cuando, mochilas a la espalda, se ponían en movimiento frente a la pendiente quizás más extrema de las realizadas hasta la fecha por su dureza, dificultad y longitud. Nada, nada, estos Falsos Llanos no piensan, tan solo andan y suben, y puestos a subir, pues a inclinarse con todo el cuerpo para poder vencer la terrible ladera que había de subirnos al primero de los collados, tras pasar un precioso olivar, una puñetera pedrera y un paso un pelín delicado. Bueno y si no teníamos bastante con el terreno, tuvimos la suerte de de dar con el día más frío de este casi veraniego invierno, comenzamos a subir con cuatro grados bajo cero, según el termómetro del coche y claro está que a medida que ascendíamos, por el contrario bajaban los grados. Pero sí, sí, todavía nos esperaba lo peor, fue asomarnos al primer collado y de pronto una ráfaga de fortísimo viento me empujó literalmente hacia el barranco, haciendo que instintivamente me echase al suelo para no resbalar, acompañado todo ello de la famosa cosquillita que te entra en el estómago cuando crees que te la vas a pegar de verdad. Bueno, reptando nos refugiamos al lado de una gran roca y a bichear para ver por dónde se podía seguir ¡y qué! pues que todavía otra sorpresita, nieve, nieve polvo que para colmo nos hizo temer un poquito más por aquello de algún resbalón inoportuno que te empujase al abismo que teníamos a nuestros pies. Agarrados a las rocas como salamanquesas y asegurando cada uno de nuestros pasos, conseguimos avanzar un poquitín más hasta ver el paso natural que había de llevarnos al segundo e impresionante collado. Pero claro, que sea natural no significa que sea un camino de personas, sino que de momento un paredón nos impedía seguir, nuestro robotizado Maxi, que ha sido el único que no ha pasado canguelo en todo el día, trepó y vislumbró esperanzas, nuestro Antonio, como buen montañero y antiguo practicante de la espeleología, pues palante a escalar también, pero nuestro sensato Patxi intuyó un rodeíto a la peña por abajo y a ver qué encontraba, yo pues que queréis que os diga, me decanté por no separarme de mi querido Patxi y detrás de él para que no se fuese solito. Al localizar un caminillo entre comillas, pues ni camino ni ná, sino un sitio por donde mejor pasar, pues retrocedí un poco hasta asomarme a una peña y avisar a mi compañero, momento de mi segundo acoj… del día, pues de nuevo otra fortísima racha de viento me hizo perder el equilibrio y de nuevo la cosquillita recorriéndome mi estomaguito. Cuerpo a tierra y a tratar de que Patxi subiera y nos enfiláramos hasta el segundo collado. A todo esto, la segunda parejita se había separado, a lo lejos vimos que el Maxi había subido más de la cuenta como es habitual, teniendo que rectificar su trayectoria y habiendo dejado solito a Antonio, el pobre tuvo que atravesar una laderita, que entre la pendiente, las piedras, la nieve, el viento, el frío y de nuevo nuestro amigo el acoj… según él será recordada por muchos años. Antonio, no ibas totalmente solo, el resto de estos Falsos Llanos, tus compañeros, íbamos observando tus pasos de manera que el contacto visual nunca se perdió???


Vale, y además, pues no sabemos aún cómo, pero llegamos a nuestro ansiado collado, en el cual y tras el refugio en una peña sacamos algo de picar para serenarnos. Rápido el refrigerio, pues el frío y el fuerte viento nos dejó pajaritos en un plis-plas, las manos, aún con guantes gruesos, se nos helaron y los dedos tanto de las manos como de los pies comenzaron a dolernos, así que parriba, que al menos ya intuíamos la segunda altura de Córdoba y su crestería, meta que hoy debíamos de superar. La nieve cada vez más abundante, el aire cada vez con mayores ráfagas, el frío más intenso, pero el día azul y limpio como tan solo nacen en invierno, unos pasos más sin dejar de vigilar el nuevo abismo a nuestra derecha y a un tercer colladito idílico, por lo protegido del viento, por el blanco nieve de su suelo y por la maravillosa vista a la segunda crestería que, ja, ja, pensábamos hoy con hacer doblete. Con llegar al Bermejo (1474 m) y completar su crestería, aunque fuera faldeándola las más de la veces, nos dábamos ya con un canto en los dientes. En efecto era una temeridad asomarnos demasiado a la cresta y sufrir el viento desestabilizador. Poná, de aquí al vértice geodésico tan ansiado, un paseo de niños. Fotos a lo bestia y a refugiarnos en su falda para continuar el camino, que el frío dolía hasta en los ojos, que era lo único que llevábamos al descubierto. Acabamos felizmente la crestería del Bermejo y bocata para recomponernos algo. Al ser aún muy temprano, deciros que hoy hemos salido a las 6:00 horas de nuestro pueblito, casi ná, pues nos entretuvimos ante de volvernos en asomarnos por detrás de la segunda e imponente crestería, a faldearla un poquillo y acercarnos un poco a su cumbre y a un mirador de vistas increíbles a la Tiñosa (1570 m), primera altura de Córdoba visitada por estos Falsos Llanos hace ya algunos años. Pero claro, las ráfagas de aire casi huracanado que nos embistieron en tal mirador y el dolor del frío intenso en la cara, nos aconsejaron retirarnos tras las fotos de rigor, manteniendo el equilibrio como podíamos y siguiendo la cordada hasta un nuevo punto, donde una cruz metálica, nos sirvió para nuevas y numerosas fotos. A todo esto, el Patxi que se había quedado en la protección de un enorme dedo de piedra que apuntaba hacia el cielo de manera amenazadora, pues se estaba desesperando de nuestra tardanza, así que patrás, a buscar a nuestro compañero y a retomar el camino de regreso hasta localizar un abrigo de piedra donde sacamos nuestras famosas viandas. Hacía tanto frío mientras comíamos, que hasta nuestro frugívoro Antonio, bebió y comió de todo un poco, estas situaciones tan extremas hermanan más que cualquier otra cosa y si hay que tomarse un par de tragos de vino o de lo que sea, pues se toman y pabajo más contentos que unas pascuas, que el día había salido súper y que como dice la madre de nuestro Maxi: “¿y a eso lo llaman divertise???” po sí, po bueno, po nos gusta sufrir la montaña y el frío y el aire y las rocas y la nieve y las pendientes y los barrancos y el acojone y el buen vino y la buena compañía y el disfrute de todo esto junto antes de quedarnos un Sábado en el sofá comiendo y viendo tele calentitos como dios manda….
Y nada más, visita a la tienda de una almazara de Carcabuey, donde probamos y compramos quizás el mejor y más sabroso aceite virgen ecológico que al menos yo haya probado nunca y en nuestro pueblito celebración por todo lo alto con cervecita y pescaíto frito incluido, bueno uno del grupo con oloroso o solera o Canasta o qué se yo lo que el camarero le puso cada vez…. lo bien que había salido la dura y exigente jornada.
Ya sabéis, no seáis locos y no nos acompañéis, pero también os digo, no se os ocurra perderos ni una sola de las excursiones que aún tenemos por delante.
Como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.

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