sábado, 8 de enero de 2011

SIERRA DE LAS NIEVES - 08.01.2011



Bueno, bueno, la de ayer no tiene nombre y menos apellidos, para qué malgastar el tiempo buscando adjetivos que siempre se quedarían cortos. Así que no eran las siete de la mañana cuando cinco falsos llanos nos poníamos en marcha hacia nuestra bella Sierra de las Nieves. Esta vez tocaba la cara norte, aún desconocida para la mayoría de los que íbamos. Pues bien, después de un intenso desayuno en Montellano y sin que sirva de precedente, llagábamos hacia las diez al Puerto del Saucillo, en el término municipal de Yunquera. Como siempre calzado de botas y mochilas a la espalda y parriba que es lo que nos gusta. Nuestra meta era la Peña de los Enamorados, por lo que cogimos inicialmente su senda para una vez llegado al primer collado, desviarnos hacia el mirador de Luis Ceballos o Puerto del Caucón. Vistas impresionantes y bajada vertiginosa hasta el mismo. De allí nos dirigimos hacia el tajo La Caína, atravesando el que quizás sea el mayor y mejor conservado bosque de pinsapos que existe en el mundo: el de las cañadas de la Colmena y la Violeta. Impresionante. Culmina el sendero en el tajo La Caína, que se asoma a la llamada cañada de las Carnicerías y que los que tienen algo de vértigo suelen pasar un mal ratillo, el resto una gozada de disfrutar y gozar con las magníficas vistas, precipicios infinitos, fotos a mogollón y por supuesto el primer refrigerio del día. Nuestras dos nuevas incorporaciones: Antonio y Guille, tuvieron ocasión de vernos y sorprenderse de lo que ya habían escuchado y leído por mor de las numerosas lecturas que hacen de este fantástico blog, es decir el afloramiento de las mochilas de las numerosas provisiones con las que cargamos nuestras sensibles espaldas. Bueno lo de siempre, bocatas, cervezas, frutos secos…Una vez repuestos los que comimos y fuera de su asombro ya los que no lo hicieron, palante que aún quedaba mucha faena. Al momento nos vimos inmersos en una pequeña cañada con su barranquito incluido, la cual había de ser convenientemente superada por donde más nos gusta, es decir, sin sendero ni ná, por el fondo piedra través y ten cuidado no te vayas a caer. Al poco desaparecieron los magníficos pinsapos y fueron sustituidos por los primeros quejigos de alta montaña (Quercus Fagínea Alpestri), cuyos ejemplares de extraordinaria belleza y fuerza vital fueron miles de veces fotografiados para que nuestras retinas no se olviden nunca jamás de tan sin igual belleza natural. Claro todo tiene su fin y entre subidas, fotos y contemplaciones místicas de dichos árboles, pues nos encontramos con el final de la cañada y el avistamiento de nuestra Peña de los Enamorados. Solo quedaba atravesar una pequeña extensión de cojines de monja para llegar a sus pies. El ataque a su cumbre fue algo desordenada, los que se juntan con estos falsos llanos, al momento se contagian de nuestro espíritu y aprovechan la menor ocasión para trochar y subir por donde su propio entendimiento les dicta. Así que el Maxi, ni corto ni perezoso y con ganas de desbancar a nuestro querido Migué, que hoy no nos acompañaba, pues hizo una subidita de esas que te ponen los vellos de punta cuando la ves y le hace pensar al que la realiza que ya no tengo edad para esos experimentos. La cumbre hermosa y despejada nos castigó, mientras hacíamos las innumerables fotos de recuerdo, con un aire canalla que nos dejó entumecidos. Así que al momento, el Guille nos buscó un refugio hermoso para volver a sacar nuestras viandas y realizar un almuerzo en condiciones con una vista sin igual. De nuevo los bocatas, las botellas de vino, postres, chocolates y licores, circularon por doquier hasta que de puro frío tuvimos que levantarnos a nuestro pesar y ponernos en movimiento. Éste que les narra cogió camino pabajo y a velocidad de crucero y sin mirar patrás ni ná, obligó a su corazoncito a latir y latir hasta que el líquido y rojo elemento vital recorrió todos sus miembros. No fue hasta al cabo de bastante rato que se recuperaron y este falso llano se relajó y esperó a sus compañeros de fatiguitas senderiles. La bajada rápida, sencilla y segura nos llevó de vuelta al coche en cuestión de una hora, por lo que esta vez nos sobró, cosa curiosa este curso, una hora entera de luz, la cual empleamos en adivinar los nombres de los numerosos pueblos y sierras que se ven de manera tan magnífica desde el Puerto del Saucillo. Fue en este momento, cuando vía móviles, nos enteramos de la que había caído en Sevilla, a nosotros un espléndido sol no nos abandonó en toda la jornada. Cosas que ocurren y que solo las aprovechamos los que nos arriesgamos y no nos dejamos asustar por unas gotillas de nada.
Pues nada, darle de nuevo la bienvenida a nuestras dos nuevas y flamantes incorporaciones, Antonio y su hijo Guille, los cuales tuvieron la amabilidad de llevarnos en su estupendo todo-caminos hasta el inicio de la ruta y luego devolvernos a nuestro punto de origen, para que no se pierdan ni una sola de nuestras rutas de aquí en adelante.
Citaros a todos y todas para la siguiente ruta del día 29 de este mes, día que atacaremos el Pico de la Silla desde Tavizna.
Y como siempre desearos SALUD Y FALSOS LLANOS.



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